Cogollos de Agua

Esta es una de nuestras recetas preferidas de berenjenas, rellenas de cordero condimentado con curry y con ese toque de salsa de yogurt hace de un plato muy sencillo una receta de lujo.

Me gusta presentar las berenjenas rellenas de esta forma, de pie, además de que el relleno se mantiene más jugoso visten más el plato.

Estas son del huerto de un amigo y me parecen una buena opción para participar en el Concurso Le Creuset-Recetasderechupete, Concurso Le Creuset, Cocottes y parillas con el tema “productos de temporada”

Ingredientes:

4 berenjenas
250 grs. De carne de cordero picada
1 cebolla
1cucharadita de curry
1 cucharadita de canela
1 cucharadita de pimienta negra molida
sal
aceite de oliva virgen

Para la salsa:

1 Yogurt de oveja
20 grs. De tahini (de venta en herbolarios)
1 ajo

hojas de menta

1 cucharadita de sésamo

Elaboración :

Cortamos la base y la punta de la berenjena, lo suficiente para que se mantenga de pie y que nos permita sacar bien la carne. Con un cuchillo bien afilado o mejor con un sacabolas vaciamos las berenjenas, dejamos un espesor de unos 3 o 4 milímetros, salamos el interior y regamos con una cucharada de aceite de oliva, horneamos durante unos 15 minutos, hasta que la cáscara esté asada pero guarde consistencia.

Picamos bien pequeña la carne de una de las berenjenas, el resto lo guardaremos para otra preparación, picamos igualmente la cebolla.

En una sartén con 3 cucharadas de aceite de oliva freímos la cebolla, cuando esta empiece a dorarse añadimos la carne de la berenjena, salamos y cocinamos durante unos 10 minutos agregamos la carne y las especias, movemos bien que se mezcle todo y dejamos a fuego vivo hasta que la carne esté cocinada.

Rellenamos las berenjenas con la farsa y horneamos durante 10 minutos.

Para preparar la salsa: machacamos en el mortero un ajo grande, añadimos el tahini y agregamos el yogurt, servimos con unas hojas de menta y una cucharadita de sésamo.

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Adoro las sopas, estaréis cansados de oírmelo decir, pero es que es “verdad de la buena”, hay muy poquitas que cuando las he probado me han hecho torcer el gesto, y digo cuando las he probado porque cocinarlas si que lo he hecho, a todas les doy una oportunidad. Pues sabiendo esto que me diríais si leéis

“Esta receta celebra el regreso de la primavera. Una nuez de pasta de almendra enriquece los guisantes recién desgranados, los ajos tiernos y los brotes de espinaca, decorados con delicadas hojas de menta” (y en mi caso con unas florecillas de salvia)

Lo adivinasteis, no me pude resistir y la hice, y la he vuelto a hacer una y otra vez, y mientras encuentre guisantes frescos no voy a parar de hacerla, es suave, dulce, fresca y tan verde.

La fuente es mi último libro de cocina, un flechazo, que enamoradita me tiene, tanto que ya os hablaré largo y tendido de él, hoy sólo os digo el nombre Cocina Monacal y para muestra de lo que contiene esta rica crema, cocinada sin ningún tipo de grasa tan sólo la poquita que le aportan las almendras.

Ingredientes:

· 4 zanahorias

· 400 grs. de espinacas

· 2 ajos tiernos

· 400 grs. de guisantes frescos desgranados

· 2 ajos tiernos

· 2 cucharadas de pasta de almendras (15 almendras machacadas con un poquito de sal)

· Hojas de menta fresca

· 700 ml. de caldo de verduras (podemos utilizar agua y una pastilla de caldo de verduras)

Elaboración:

Lavar y picar las espinacas y los ajos tiernos.

Desgranar los guisantes

Pelar, lavar y cortar en rodajas finas las zanahorias y ponerlas a cocer en una olla con el caldo, pasados 10 minutos agregamos las espinacas, los ajos y los guisantes, salamos un poquito y dejamos cocer hasta que los guisantes estén tiernos (unos 15 minutos).

Depende de cómo nos guste de espesa la crema sacaremos un poco de caldo que luego iremos agregando hasta conseguir una sopa o crema a nuestro gusto. Pasamos por la batidora y para eliminar las pieles de los guisantes y nos quede una textura más fina también la pasaremos por el chino.

En el mortero con un poquito de sal machacamos las almendras hasta conseguir una pasta.

Servimos la crema en cuencos individuales acompañados de una cucharadita de pasta de almendras y hojas de menta.

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Hace un par de meses que encargue en la floristería donde suelo ir una planta de salvia, había visto muchas recetas que la incluye y tenía curiosidad por conocer su sabor. Pues bien, solo puedo deciros que desde que la tengo la he utilizado en muchas recetas, y cada vez me gusta más el toque tan fantástico que le da a los asados.

También podemos utilizarla en tisanas, entre sus propiedades encontramos:

estimula la eliminación de azúcar de la sangre, debido a esto es considerada una excelente planta para regular los niveles de glucosa en las personas.
La planta de la salvia es antiespasmódico, debido a esto es muy útil para tratar cólicos estomacales y situaciones de diarrea.
La salvia ayuda a reducir los malestares de la menstruación, como los dolores de cabeza, la irritabilidad y la hinchazón del vientre.

La salvia es estimulante, por esto es muy útil para tratar casos de agotamiento mental.

Ingredientes:

· 1 conejo pequeño

· 6 tomates secos en aceite

· 10 hojas de salvia

· 1 diente de ajo grande

· 3 cucharadas de aceite de oliva

· Sal

· 100 ml. de vino blanco

· Para la pasta:

· 200 grs. de fetuccini, o cualquier tipo de pasta

· 25 grs. de mantequilla

· Hojas de salvia

Elaboración:

Limpiamos y cortamos en conejo en trozos pequeños y lo salamos.

En un robot picamos los tomates secos, el ajo y las hojas de salvia, agregamos un par de cucharadas de aceite de oliva o de los tomates secos y adobamos el conejo, reservamos en la nevera durante varias horas, mejor de un día al otro.

Precalentamos el horno a 200ºC.

Colocamos el conejo en una fuente para el horno y regamos con el vasito de vino, horneamos durante unos 30 minutos o hasta que el conejo esté asado, va a depender del tamaño del conejo y de lo tierna que sea su carne.

Para la pasta, coceremos esta en abundante agua con un poquito de sal, lo haremos según las instrucciones del fabricante. Una vez cocida la escurrimos y reservamos.

Lavamos y secamos unas hojas de salvia.

En una sartén calentamos la mantequilla y freímos las hojas de salvia, las reservamos. En la misma mantequilla salteamos la pasta.

Servimos el conejo acompañado de la pasta adornada por las hojas de salvia fritas.

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Recuerdo la primera vez que vi en un recetario el nombre de “Patatas a la Importancia”, corrí a ver cómo eran aquellas patatas y mientras buscaba la página pensaba que sería una receta complicada, al menos laboriosa para recibir aquel nombre, cuándo la leí vi que eran las patatas en salsa verde que cocinaba mi madre y que hacía furor entre mis compañeras de piso en nuestros años de estudiantes.

Un plato muy nuestro, fácil y económico.

Hoy vienen con almejas aunque tengo que confesaros que solas me encantan y con huevos cocidos me resultan deliciosas. Realmente se merecen el nombre porque de este plato las protagonistas indiscutibles son ellas: las patatas.

Ingredientes:

Para 2 personas:

· 3 patatas grandes

· 10 almejas

· 1 cebolla

· 1 ajo

· 1 ramita de perejil

· 1 vasito de vino

· Caldo de verduras o agua

· Aceite

· Harina

· Huevo

Elaboración:

Ponemos en un cuenco con un puñadito de sal las almejas para que suelten los restos de arena que puedan tener.

Pelamos y lavamos las patatas, las cortamos en rodajas de 1 cm. De grosor y las salamos.

Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén.

Rebozamos en harina y huevo cada rodaja de patata y la freímos.

En una sartén echamos un par de cucharadas de aceite, podemos utilizar el mismo donde hemos frito las patatas, y doramos la cebolla picada muy finita y menuda, agregamos el vasito de vino y dejamos cocer un par de minutos hasta que evapore el alcohol, añadimos las patatas y cubrimos con el caldo o con agua, dejamos que cuezan. Mientras en el mortero machacamos el ajo y el perejil y lo vertemos sobre las patatas. Cuando están prácticamente cocidas enjuagamos las almejas y las añadimos a las patatas, dejamos cocer unos 5 minutos, hasta que estas se abran y suelten su sabor, retiramos del fuego. Servimos calientes.

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Uno de los mejores panes que he cocido en casa hasta ahora, tenía muchas ganas de hornear pan dentro de una olla de hierro, y había varias recetas que me apetecía mucho hacer, al final me decidí por el pan de masa madre vieja de Begoña, que además viene de la mano de Salomé, vamos que con lo receta no me arriesgué, sabía que el pan estaría rico, y para hornearlo en la olla seguí las instrucciones de Maduixa, otra maestra, con lo cual no me extraña nada que el resultado sea esta maravilla de pan.

La masa madre vieja es una porción de masa que retiramos de otro pan o de una empanada o de una pizza, la podemos mantener unos días en la nevera o bien congelarla, lo que si tenemos que tener es la precaución de sacarla con tiempo suficiente para que la masa esté a temperatura ambiente. Mi masa vieja era una porción de masa de coca que tenía congelada.

Si no tenéis olla de hierro también podéis hornearlo en una olla esmaltada o de acero inoxidable, el único requisito es que no tenga ningún elemento de plástico, todo metal, y os saldrá igual de bien.

Ingredientes.

· 500 grs. de harina de fuerza

· 13 grs. de levadura fresca

· 6 grs. de sal

· 250 grs. de agua

· 100 grs. de masa madre vieja a temperatura ambiente

Elaboración:

He utilizado la panificadora para la fase del amasado, podéis hacerlo con cualquier otro robot o bien a mano.

Ponemos en la cubeta de la panificadora todos los ingredientes y accionamos el programa de amasado, dura una hora y media.

Cuando termine volcamos la masa sobre una superficie enharinada y desgasificamos ligeramente, le damos forma de bola y la dejamos reposar en un cuenco hasta que doble su volumen.

Precalentamos el horno a 250ºC con nuestra olla tapada dentro, dejamos que se caliente al menos durante 30 minutos. Cuando nuestra masa doble su volumen y nuestra olla esté bien caliente, sacamos la olla del horno, la destapamos, espolvoreamos de harina y vertemos dentro sin apenas tocar la masa de nuestro pan, tapamos la olla y horneamos a 200º C durante unos 40 minutos, el pan habrá subido y tendrá un ligero tono dorado, destapamos la olla y continuamos horneando durante unos 25 o 30 minutos. El pan estará cocido y dorado, apagamos el horno y volcamos el pan sobre una rejilla para que se enfríe.

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Hoy vengo con receta y con el libro de donde la he copiado, Un libro de esos que empiezas a hojear y no hay forma de soltarlo, de los que se convierten en un apéndice y van a todos los sitios contigo hasta que casi, casi te lo sabes de memoria.

Me gusta el formato que tiene, portada y contraportada de plástico duro que nos deja tenelo en la cocina sin riegos a estropearse, con márgenes donde poder realizar anotaciones al lado de cada receta, con letra amplia, buenas explicaciones y fotos sugerentes, claro así es fácil hacerse querer, verdad?

Os cuento un poco, es un libro escrito por varios autores con lo cual podemos encontrar distintos estilos de cocina y además muy completo encontramos recetas de verduras, carnes, pescados, legumbres, cereales y unas deliciosas preparaciones dulces. Uno de los objetivos que persigue es que todos los miembros de la familia coman lo mismo, de buen grado y que no tengamos que andar cocinando distintos platos para unos y para otros. En fin yo estoy encantada con él.

Os invito a que lo busquéis en vuestra librería y le echéis un vistazo, seguro que no podéis dejarlo escapar.

Además he encontrado recetas muy originales como este rollo de polenta relleno de mermelada de ciruelas y fresas (la receta original es con frambuesas), se hace rápido y podemos acompañarlo con crema o con helado según nuestros gustos, aunque os aseguro que así solito es realmente delicioso.

Ingredientes:

60 grs., de pasas
75 grs. de grosellas (o de fresas)
315 grs. de mermelada de ciruela
½ cucharadita de canela
1 cucharadita de ralladura de naranja
250 grs. de harina
3 cucharaditas de levadura
75 grs. de polenta
grs. de mantequilla sin sal
250 grs. de nata con unas gotitas de limón
Azúcar glas para espolvorear (opcional)
Crema inglesa para acompañar (opcional)

Nata montada o helado para acompañar (opcional)

Elaboración:

Precalentar el horno a 180º C

Hidratamos las uvas pasas en un poquito de agua tibia.

En un cuenco mezclamos las fresas, la mermelada, la canela, las pasas y la ralladura de naranja, lo mezclamos bien y reservamos mientras hacemos la masa.

Tamizamos la harina y la levadura en un cuenco, añadimos la polenta y agregamos la mantequilla a temperatura ambiente, con la punta de los dedos mezclamos hasta que consigamos una textura como de migas. Incorporamos la nata con unas gotitas de limón y amasamos hasta conseguir una masa lisa, si es necesario añadimos 1 cucharadita de agua.

Extendemos la masa sobre una superficie enharinada hasta formar un rectángulo de unos 35 x 26 cm., repartimos la mezcla de mermelada por encima de la masa dejando un borde de 1.5 cm. remojamos con un poco de agua fría y empezamos a enrollar desde el borde más largo hasta formar un tronco.

Colocamos el tronco sobre un pliego de papel de hornear y lo envolvemos dejándolo un poco flojo para dejar espacio para que suba al hornear.

Ponemos el tronco sobre una bandeja de horno y horneamos durante unos 35 minutos o hasta que se dore ligeramente y esté firme. Dejamos enfriar unos 10 minutos antes de quitar el papel.

Espolvorear con azúcar glas y acompañar con crema o helado.

GRIJALBO ILUSTRADOS

Varios Autores

192 pág.

ISBN: 9788425347450

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Si te gusta el helado de vainilla tienes que hacer este. Es tan bueno que parece mentira que podamos hacerlo en casa, el helado de vainilla perfecto. Sólo tenemos que tener un poquito de paciencia y respetar unos tiempos para conseguir saborear un helado cremoso, aromático y con un sabor tan delicado que no podréis parar de comer.

Ingredientes:

· 280 grs. de leche entera fresca

· 120 grs. de nata (para montar)

· 55 grs. de azúcar

· 25 grs. de azúcar invertido

· 35 grs. de leche en polvo

· 2 yemas de huevo

· 2 vainas de vainilla

Elaboración:

En un cazo echamos la leche y la nata y añadimos las vainas de vainilla que habremos cortado a lo largo y raspado bien sus semillas (añadimos las semillas y las vainas). Ponemos al fuego hasta que rompa a hervir, dejamos que se enfríe a temperatura ambiente y después lo metemos en la nevera, lo aconsejables es hasta el día siguiente (si eres muy impaciente mantenlo al menos 6 horas), así conseguiremos que nuestra base tenga un rico sabor a vainilla.

Al día siguiente, lo sacamos de la nevera y dejamos que pierda el frio de la nevera, (30 minutos a temperatura ambiente será más que suficiente)sacamos las vainas de vainilla y añadimos el azúcar, el azúcar invertido, la leche en polvo y las yemas de huevo a nuestra leche y calentamos a fuego muy bajo sin dejar de mover hasta que comience a espesar, sabremos que está en su punto cuando si pasamos el dedo por el reverso de la cuchara con la que lo estamos moviendo dejemos la marca y la crema no se vuelva a unir. Cuando esté lista la apartamos del fuego y cuando esté fría la metemos en la nevera hasta el día siguiente (tiene que estar bien fría, al menos tendremos que tenerla 5 o 6 horas.

Al día siguiente vertemos nuestro helado en la heladera según las instrucciones de la misma y tendremos uno de los mejores helados de vainilla.

Si no tenemos heladera, lo metemos en el congelador y cada 30 minutos lo sacamos y movemos con un tenedor, realizaremos esta operación unas 4 veces y tendremos listo el helado.

Begoña está de aniversario, su blog ha cumplido 4 años y ha preparado un concurso “Receta del Verano” y nada más idóneo para el verano que un buen helado así que con esta receta participo en su concurso que tiene uno de los mejores premios que he visto, anímate!

Fuente:http://www.undejeunerdesoleil.com/2009/11/glace-la-vanille-de-pierre-herme.html

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BERENJENAS RELLENAS DE CORDERO CON SALSA DE YOGURT Y TAHINI